La dieta mediterránea puede ayudar a preservar las habilidades de pensamiento en personas con esclerosis múltiple, según un estudio.
Un estudio sugiere que las personas con esclerosis múltiple (EM) que siguen una dieta mediterránea pueden tener un menor riesgo de problemas de memoria y habilidades de pensamiento que aquellas que no siguen esta dieta.
El estudio involucró a 563 personas con EM que completaron un cuestionario para mostrar qué tan de cerca seguían la dieta mediterránea y tomaron tres pruebas para evaluar sus habilidades de pensamiento y memoria.
Los investigadores encontraron que las personas que seguían más de cerca la dieta mediterránea tenían un 20 % menos de riesgo de deterioro cognitivo que las personas que no seguían la dieta. Es necesario realizar más estudios para confirmar los resultados
Dieta mediterránea y esclerosis múltiple
Un estudio preliminar presentado en la reunión anual número 75 de la Academia Estadounidense de Neurología sugiere que seguir una dieta mediterránea puede ser beneficioso para las personas que viven con esclerosis múltiple (EM). Según el estudio, las personas que siguen una dieta mediterránea pueden tener un menor riesgo de desarrollar problemas cognitivos, de memoria y de pensamiento en comparación con aquellas que no siguen la dieta. La dieta mediterránea se caracteriza por un alto consumo de verduras, legumbres, frutas, pescado y grasas saludables como el aceite de oliva, y un bajo consumo de lácteos, carnes y ácidos grasos saturados.
La autora del estudio, Ilana Katz Sand, MD, destacó que las dificultades cognitivas son comunes en las personas con EM y a menudo empeoran con el tiempo, incluso con el tratamiento con terapias modificadoras de la enfermedad. Según Sand, los resultados del estudio son emocionantes porque ofrecen una opción de estilo de vida proactiva para las personas con EM que buscan mejorar sus resultados en cuanto a la cognición y la memoria.
Habilidades de pensamiento, dieta y esclerosis múltiple
El estudio, que se llevó a cabo con la participación de 563 personas con esclerosis múltiple, involucró la administración de un cuestionario para evaluar su adhesión a la dieta mediterránea, mediante la asignación de una puntuación de cero a 14 en función de sus respuestas.
Los participantes se dividieron en cuatro grupos según sus puntajes, y luego se sometieron a tres pruebas para evaluar sus habilidades de pensamiento y memoria. Aquellos con una puntuación inferior al quinto percentil en dos o tres de las pruebas se consideraron con deterioro cognitivo.
El estudio encontró que el 19% de los participantes tenían deterioro cognitivo. Sin embargo, se descubrió que las personas que seguían más de cerca la dieta mediterránea tenían un 20% menos de riesgo de deterioro cognitivo que aquellos que no seguían la dieta.
En particular, la relación entre la dieta y la cognición fue más fuerte en personas con EM progresiva que en personas con EM recurrente-remitente.
Ilana Katz Sand, autora del estudio, señaló que los resultados fueron consistentes incluso después de ajustar factores de confusión como el nivel socioeconómico, el tabaquismo, el índice de masa corporal, la presión arterial alta y el ejercicio.
Katz Sand enfatizó que se necesitan estudios más largos y ensayos clínicos de intervención bien diseñados para confirmar los resultados.