¿Cuál es la mejor opción para los niños que tienen que comer en el colegio? ¿Catering caliente, cocina ‘in situ’ o línea fría? ¿En qué consiste cada una de estas opciones? ¿Está el negocio del catering escolar perjudicando a nuestros hijos?
Muchos son los niños que tienen que comer a diario en el comedor escolar. Antes lo habitual es que los centros escolares tuvieran sus propias cocinas y que la comida se preparara en cada centro. Pero poco a poco empezaron a aparecer los servicios de catering y el panorama cambió. A día de hoy, el catering para colegios es una industria de gran importancia. De hecho, hay empresas, algunas multinacionales, dedicadas exclusivamente al catering para colegios y otras colectividades.
Y si el tema de comer en el colegio podía ser más o menos discutible y dar más o menos que hablar, la externalización de la preparación de la comida en los colegios se ha convertido en un tema de debate que es, en muchos casos, controvertido. Especialmente desde la entrada en los colegios de la llamada ‘línea fría’. Pero no hay que confundir las cosas. Contratar la comida de los escolares con una empresa externa, con un catering, no implica necesariamente imponer la línea fría a nuestros hijos.
De hecho, el catering para colegios puede ser una opción muy interesante y beneficiosa para los niños, sin necesidad de incurrir en todos los problemas que conlleva línea fría. La elaboración de menús por parte de nutricionistas especializados en nutrición infantil o la creación de menús personalizados para niños con alergias o intolerancias alimenticias son algunas de las ventajas del catering para colegios.
Comer en el colegio: catering caliente vs. línea fría
La línea fría, en teoría, no parece una mala opción. En el catering de línea fría la comida se cocina de manera industrial de manera segura y se envasa enseguida, lo que permite conservar los nutrientes y la calidad de los platos así preparados. Lo único que hay que hacer es llevar la comida envasada por raciones una o dos veces por semana a los centros escolares y calentarla antes de servirla.
En teoría puede que no parezca una mala opción, pero a muchos esto le suena a ‘comida precocinada calentada antes de comer’. Y muchos se preguntan qué tipo de educación en términos de hábitos alimenticios les estamos dando a nuestros hijos comiendo así. Y eso por no hablar de la cantidad de residuos que este sistema de catering genera y otras muchas cuestiones que genera el catering de línea fría.
El catering caliente es otra cosa bien distinta.
Las empresas que sirven catering caliente preparan la comida el mismo día que va a ser consumida y la transportan al lugar indicado mateniéndola caliente, sin que en ningún momento se rompa la línea de calor. De este modo, no es necesario someter a la comida a ningún proceso de conservación ni se requiere ninguna acción previa a su consumo.
Además, el catering caliente tiene otras muchas ventajas, como el mayor consumo de productos frescos, locales y de temporada. Por otra parte, al estar la comida preparada el mismo día, conserva no solo todas sus propiedades nutricionales, sino también toda su textura y su sabor, haciendo la comida mucho más apetecible.
Cocina ‘in situ’, la otra opción
Pero por si el catering caliente no termina de convencer por alguna razón, desde Colesa nos comentan que existe otra opción de catering para colegios: la cocina ‘in situ’. Este servicio es lo que parece: los profesionales se desplazan a las cocinas del centro educativo y preparan la comida allí mismo.
La cocina ‘in situ’ tiene todas las ventajas de la contratación de un catering junto con las que tienen la preparación de la comida en el mismo centro donde va a ser servida. Así, el colegio no tiene que ocuparse de la gestión del comedor y los alumnos pueden disfrutar diariamente de un menú variado, saludable y delicioso, incluidos los niños alérgicos o con alguna intolerancia alimenticia, a los que se les prepara la comida según sus necesidades, igual que se hace desde el servicio de catering caliente.
