El jamón ibérico de bellota no solo es el producto más exclusivo del cerdo ibérico, sino también el más saludable. En este artículo te contamos por qué el jamón de bellota es tan saludable y también a diferenciar los productos ibéricos de otros de los demás.
Ver la parte magra del jamón ibérico de bellota rodeada de tanta grasa brillante puede hacer pensar que se trata de un producto no saludable. Sin embargo, no hay que confundirse, porque no todas las grasas son igual de malas. De hecho, nuestro organismo necesita grasa para sobrevivir. No mucha; eso es cierto. La cuestión es elegir qué grasas consumir y optar siempre por las más saludables.
La grasa del jamón ibérico de bellota aporta un sabor, además de un aroma y textura únicos que no se encuentra en ningún otro embutido o. Y además de eso, es muy saludable.
¿Es saludable la grasa del jamón ibérico de bellota?
Los amantes del jamón ibérico 100% bellota que consumen este producto por su excelente sabor están de enhorabuena; porque no solo están consumiendo una carne excelente al paladar, sino también magnífica para la salud. Eso sí, siempre que se tome con moderación.
Un buen jamón ibérico de bellota tiene una carne veteada y mucha grasa deliciosa y saludable que es única. Por una parte, es un producto muy energético, ya que cada gramo de grasa proporciona más del doble de energía que los carbohidratos o las proteínas.
Además, la grasa también tiene una función de protección del organismo. Porque sin grasa algunos de los órganos vitales de nuestro cuerpo. Por ejemplo, el riñón, el hígado o el corazón, podrían cambiar su posición correcta.
Otras características positivas de los lípidos y grasas del jamón Ibérico de bellota es su capacidad para aumentar la sensación de saciedad. Por otra parte, estudios científicos han encontrado que la grasa del jamón ibérico de bellota contiene más de un 50% de ácido oleico, que se encarga de reducir el colesterol malo y potenciar el bienestar de nuestro organismo. También aporta calcio, proteínas, hierro, fósforo, sodio, potasio y vitaminas B1, B6 y B12.
La importancia de la alimentación del cerdo ibérico
La gran calidad de los productos ibéricos de bellota se debe a la alimentación de los cerdos. De hecho, en estos productos, la alimentación y vida del animal es lo más importante. Precisamente, los productos ibéricos de bellota se llaman así por la raza del cerdo (ibérico) y por la parte más importante de su alimentación (bellotas).
Pero la calidad de la carne de estos cerdos también tiene que ver con su estilo de vida, ya que pasan mucho tiempo al aire libre. De hecho, ya que son criados en libertad y alimentados a base de los recursos que les proporciona la dehesa. Estos productos son infinitamente más saludables que los que se proporcionan a los cerdos de cría intensiva y alimentados a base de piensos.
Cómo diferenciar el jamón ibérico de bellota
Para obtener el sabor y los beneficios del jamón ibérico de bellota hay que saber identificarlo primero. Para empezar, cuando vayas a comprar jamón ibérico de bellota acude siempre a un sitio de confianza y a una marca reconocida.
Además, tienes que saber que no todos los cerdos ibéricos de bellota son 100% bellota. Esto podrás saberlo por el etiquetado. Existe un sistema oficial de etiquetado por color establecido por el Real Decreto 4/2014, de 10 de enero. Este etiquetado ayuda a detectar de inmediato si el jamón es ibérico o no, hasta qué porcentaje y qué tipo de comida recibió el animal. Es lo siguiente:
- Etiqueta negra: 100% ibérico y de bellota. La mejor Pata Negra. Se conoce como jamón ibérico de bellota 100% ibérico.
- Etiqueta roja: al menos 50% ibérico de bellota. Se conoce como jamón de bellota ibérico.
- Etiqueta verde: al menos 50% ibérico y cebo de campo (recursos de la dehesa y algunas bellotas). Se conoce como jamón de cebo de campo ibérico.
- Etiqueta blanco: al menos 50% ibérico y cebo (pienso). Se conoce como jamón de cebo ibérico.
Además, es importante saber que se hace una prueba a la carne antes de etiquetarla. Esta prueba determina si lo que dice el productor es cierto y si la alimentación recibida se corresponde con las características finales de la carne. Esto es sin duda una garantía de calidad final para el consumidor.