El jamón ibérico es una de las joyas de la gastronomía española, por no decir que es uno de sus productos abanderados más allá de las fronteras del país. Para comprarlo, sin embargo, hay que saber distinguirlo de las tantas imitaciones que se pueden encontrar en el mercado.

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El jamón ibérico tiene características que lo hacen incomparable. Más allá de esas características que denotan su identidad, al momento de comprar jamón ibérico hay mucho más a lo que hacer mención y lo que comparar para saber que el producto que se está llevando a casa es un producto 100% ibérico.

Características ineludibles del jamón ibérico

  • Raza y alimentación: la raza de cerdos de la que procede este jamón es de cerdos ibéricos, que es una raza autóctona de la Península Ibérica. Además de esa gran condición, estos cerdos sólo se alimentan de bellotas durante la montanera, por lo que el sabor y aroma del jamón resultante serán únicos.

  • Proceso de curación: la curación es siempre lenta y al natural en bodegas preparadas para tal fin con condiciones de temperatura y humedad controladas. Lo que se busca es que las grasas se infiltren en la carne para crear la textura untuosa y el sabor intenso que caracteriza al jamón.

  • Denominación de origen: el jamón ibérico auténtico cuenta con DOP o Denominación de Origen Protegido. Pueden ser varias como las de la Dehesa de Extremadura, Guijuelo o Los Pedroches, por ejemplo.

Claves para distinguir un jamón ibérico auténtico

Aún sabiendo todo lo anterior, las probabilidades de fallar al comprar un jamón ibérico son altas, ya que en el mercado se encuentran hoy infinidad de productos embutidos que se hacen denominar como ibéricos pero que realmente no tienen nada que ver con el proceso que se ha señalado anteriormente.

Para comprar con éxito, lo mejor es siempre ceñirse a las siguientes claves:

  • Etiqueta: en los productos con DOP siempre hay que leer la etiqueta. En este caso, hay que fijarse en que sea de una denominación de origen reconocida que indique la raza de cerdo y, de ser posible, revisar la zona de producción donde se ha elaborado. Por norma general, esta etiqueta será negra.

  • Precio: un jamón ibérico de bellota que sea 100% puro siempre va a tener un elevado coste con respecto a jamones que no sean 100% puros. Siempre será así. Por lo tanto, siempre hay que desconfiar de las ofertas que parezcan demasiado buenas para ser ciertas, ya que lo más probable es que terminen siendo un fiasco.

  • Aspecto: hay que fijarse en la pata, en el corte y el color. La pata debe ser estilizada y con pezuña negra. Al cortar, la grasa suele ser brillante y se entrevera con la carne. El color variará dependiendo del grado de curación, pero casi siempre será un rojo intenso.

  • Lugar de compra: la forma más confiable de comprar jamón ibérico es hacerlo en tiendas online o físicas que trabajen directamente con la producción de estos productos. Eso da muestras de confianza desde el primer momento.

Consejos adicionales

Si no se tiene la seguridad para hacer la compra, lo mejor es preguntar a los vendedores, sobre todo si es una tienda que tiene la reputación de siempre vender jamones ibéricos totalmente auténticos. Más que evitar errores, ayudará a identificar los tipos de jamón que más se adaptan al gusto de la persona y a su presupuesto.

Sobre gustos, siempre es importante poder catar los jamones ibéricos. Aunque todos parecieran hablar del mismo producto, no saben siempre igual. Cada uno tendrá su sabor, aroma y tonalidades, por lo que hay que descubrir las preferencias antes de adquirir cualquiera de ellos.

El jamón ibérico es un producto muy valorado en la gastronomía española y muy codiciado en el mercado. Por eso, hay que ir con pies de plomo al momento de plantearse la compra de alguno.