La dieta mediterránea y el estilo de vida asociado a ella ayudan a mejorar la salud mental y a prevenir y tratar la depresión. Así lo afirman diversos estudios científicos realizados en los últimos años.
Se han realizado varios estudios en diferentes países a lo largo de los últimos años sobre la relación que tiene la dieta mediterránea con la salud mental. Los beneficios la dieta mediterránea estarían relacionados no solo con el tipo de alimentos que se consumen y del modo en que se preparan, sino que también con el estilo de vida asociado a esta dieta.
A pesar de que los resultados de estos estudios no han sorprendido demasiado, sí que arrojan luz sobre temas interesantes; como, por ejemplo, la relación entre la obesidad y la depresión.
Sobrepeso y depresión
Los estudios que relacionan el exceso de peso con la salud mental arrojan resultados muy interesantes, especialmente los que tratan la relación existente entre el sobrepeso y la depresión.
Las personas obesas tienen más posibilidades de sufrir depresión
Según la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), el sobrepeso conlleva un mayor riesgo de sufrir depresión; y recomienda alimentar la felicidad adoptando los hábitos de vida relacionados con la dieta mediterránea.
Según parece, los hábitos de alimentación basados en la dieta mediterránea y orientados a reducir los riesgos de enfermedades cardiovasculares también ayudan a reducir el riesgo de sufrir depresión de manera significativa.
El riesgo de depresión es mayor en personas obesas
También se ha observado que las personas obesas o con exceso de peso tienen mayor porcentaje de riesgo de sufrir depresión que el resto de personas. El abandono de hábitos de vida saludable es uno de los motivos que están detrás de este dato.
Mens sana in corpore sano
Para mantener una alimentación saludable es importante tener en cuenta otra serie de factores que favorecen tanto al cuerpo como al espíritu. En este sentido, los expertos hacen unas recomendaciones muy interesantes a la hora de establecer hábitos de alimentación saludable, que tienen mucho que ver con el estado de ánimo y la socialización de las personas.
Los expertos recomiendan comer en familia o en buena compañía, así como comer en casa siempre que se pueda y tomarse el tiempo necesario durante las comidas para mejorar los hábitos de alimentación y que, a la vez, mejoran las relaciones y el estado mental de las personas.
El ejercicio y la actividad física también son importantes tanto para el cuerpo como para el espíritu. Esto es especialmente así cuando se hace al aire libre y con la luz del día.
En casos de depresión y/o de obesidad es muy importante incorporar el elemento social a la actividad física. Pasear en buena compañía por una zona preferentemente tranquila es un excelente alimento para el alma, además de un primer paso para mejorar la condición física y mental.
Cabe recordar que, según se recoge en el Plan Integral para la Actividad Física y el Deporte del Consejo Superior de Deportes, “el ejercicio mejora la salud mental, actuando sobre la ansiedad, el insomnio y los trastornos del ánimo”. Además, “la autodisciplina que impone la práctica regular de ejercicio puede llevar al sujeto a experimentar una mayor sensación de control sobre su vida”.
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