Los alimentos procesados llenan los lineales de los supermercados… y los carritos de la compra de muchos compradores. Y se han convertido en los protagonistas indiscutibles de la dieta de mucha gente. Sin embargo, este tipo de alimentos no deberían tener tanta presencia y habría que evitarlos. Pero ¿por qué hay que evitar los alimentos procesados? Lo analizamos en este artículo.
Los alimentos procesados surgieron como manera de extender la vida útil de ciertas comidas. Con este objetivo se apoyan en los avances tecnológicos, gracias a los cuales pueden agregar mayor sabor a cualquier materia prima, e incluso transformar su textura y color natural.
¿Te gustan las pizzas congeladas, las cotufas de microondas o las salsas preparadas? Debes saber que tan solo un poco de estos productos excede el límite diario recomendado de sodio y azúcar, sin mencionar algún otro elemento artificial agregado.
Obesidad, depresión, colesterol elevado, presión arterial alta e incluso cáncer son parte de las condiciones de salud que sufre el organismo humano al ser sometido a dosis continuas de alimentos procesados, según diversos estudios.
¿Qué son los alimentos procesados? Tipos de procesamiento
El término «alimentos procesados» corresponde a aquellos alimentos que fueron sometidos a un proceso de transformación y que no es vendido como se encuentra de manera natural.
El procesamiento realizado puede ser de distinto tipo; como deshidratado, enlatado, ahumado, o incluso cocinado. Lo cierto es que en algunos casos la empresas lo hacen para extender el tiempo de vida del producto y afecta muy poco los nutrientes del alimento.
Pero en otros casos, para mejorar el gusto del producto, los fabricantes añaden químicos, conservantes, saborizantes y otros aditivos, además de sal, grasas diversas y azúcares.
Partiendo de su nivel de procesamiento, se distinguen diversos tipos de alimentos procesados.
- Por una parte, encontramos los alimentos procesados mínimamente. Son aquellos preparados para comer más fácil; por ejemplo, hortalizas y verduras ya lavadas, picadas y en bolsa sin ningún tipo de añadidos y frutos secos sin cáscara.
- En segundo lugar, están los alimentos tratados. Son los alimentos que fueron sometidos a algún tipo de proceso tecnológico, como por ejemplo verduras congeladas, atún y pescados en latas, entre otros.
- Por otra parte, encontramos los alimentos con añadidos. Se trata de aquellos alimentos que para mejorar su sabor u apariencia le colocaron algún añadido, por ejemplo los colorantes, conservantes y edulcorantes que existen en las salsas preparadas.
- Otra categoría de alimentos procesados son los alimentos muy procesados. Estos reciben un alto nivel de procesamiento para poder ser consumidos de manera inmediata; como las galletas, dulces, cereales y embutidos, entre otros.
- Por último tenemos los alimentos altamente procesados. Son los alimentos que están listos para cocinar en el microondas o en el horno; como, por ejemplo, las pizzas congeladas.
Alimentos procesados Vs. Alimentos naturales
Los alimentos que ingerimos como son conseguidos en su forma original son llamados naturales. Estos aportan al organismo todas sus vitaminas y minerales. Son los recomendados para llevar un estilo de vida saludable.
Al contrario, los alimentos procesados están asociados con un mayor riesgo de mortalidad y una mala salud. Así lo confirman dos investigaciones publicadas en The BMJ.
El primer estudio reveló que existe un vínculo entre ingerir más de cuatro porciones al día de comidas ultra procesadas a elevar hasta 62% el riesgo de fallecimiento prematuro en comparación con comer nada o poco de estas comidas.
La investigación incluyó a 20.000 personas, en su mayoría de España, con edades comprendidas entre 20 y 91 años y durante 15 años monitorearon sus hábitos alimenticios.
Durante el periodo fallecieron 335 de los encuestados. Asimismo, quienes comieron más de 5 porciones por día de alimentos procesados por lo general eran obesos con padecimientos como diabetes, cáncer, colesterol y presión arterial altos y sufrían de depresión.
En el otro trabajo se hizo seguimiento por 2 años a 105.000 franceses con más de 40 años y se evidenciaron más de 1400 casos por vez primera de accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos, lográndose relacionar 10% de alimentos ultra procesados en la dieta diaria con un 10% adicional de riesgo de padecer este tipo de enfermedades.
¿Por qué hay que evitar los alimentos procesados?
Las repercusiones de las comidas procesadas tienen una larga lista de factores que deben ser considerados. Pero, exactamente, ¿por qué deberíamos evitar los alimentos procesados?
Las razones más importantes por las que deberías evitar consumir alimentos procesados son las siguientes:
Niveles muy altos de azúcar
A las comidas procesadas se le agrega mucho azúcar u otros edulcorantes, como el jarabe de maíz, que contiene fructuosa.
Las altas dosis de azúcar están cargadas de calorías vacías sin nutrientes. Estas pueden generar adicción y elevados niveles de glucosa en la sangre; solo por mencionar algunas de las consecuencias de consumo.
Tienen muy poca fibra
La fibra es fundamental para la salud, pues disminuye la absorción de carbohidratos y genera rápidamente una sensación de saciedad.
Los alimentos procesados no contienen su fibra natural y ralentizan la digestión, por lo que necesitarás comer mucho más para sentirte satisfecho.
Están modificados para generar adicción
A través de procesos químicos, a los alimentos procesados les añaden sustancias que estimulan la dopamina en el organismo. Esto influye, entre otras cosas, en el humor. Mientras más comas este tipo de comidas “mejor” te sentirás y sufrirás adicción.
Responsables de cambios bruscos de humor
Las grasas trans presentes en los alimentos procesados generan cambios repentinos en el humor, elevando la agresión e irritabilidad. Así lo confirma un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de California.
Si tienes mucha hambre y piensas que un chocolate o unas patatas fritas ayudarán a saciarte estás equivocado; más bien empeorará tu estado de ánimo, por lo que mejor es optar por alimentos sin procesar y naturales.
No entiendes sus ingredientes
¿Te ha sucedido que al revisar la etiqueta de ingredientes de los alimentos procesados no logras reconocer ningún nombre, o incluso casi no puedes pronunciarlo?
Esto ocurre porque a este tipo de comidas se les agregan esas sustancias químicas para incrementar el sabor, variar su textura o alargar la fecha de caducidad del producto.
Aparte de eso, realmente no se conocen todos los ingredientes agregados a un alimento procesado; porque bajo la expresión “sabor artificial” disfrazan todos los aditivos y químicos que mezclan en sus comidas y que terminas ingiriendo sin darte cuenta.
Demasiado sodio
Para mejorar su sabor, los alimentos procesados contienen gran cantidad de sal. Además, la sal se usa como conservante y como ingrediente para modificar la textura del producto.
Consumir sal por encima del límite diario recomendado de 2.300 mg eleva considerablemente los riesgos de padecer de tensión alta y enfermedades cardiovasculares. Un puño de patatas fritas con sabor a queso contiene aproximadamente 200 mg de sodio, considera esta cifra la próxima vez que estés tentado a comer este snack.
Interrumpen el sueño
La gran cantidad de carbohidratos refinados que consumas en las horas previas antes de dormir pueden asegurarte una larga noche de insomnio, debido al repentino pico de azúcar en la sangre en los alimentos que tienes que digerir.
Bajos nutrientes
Durante el procesamiento de este tipo de comidas se pierden todos los nutrientes, pero luego son agregadas algunas vitaminas y minerales de forma sintética, que realmente resulta deficiente para el organismo.
Los avances de la ciencia lograron comprobar que las vitaminas, antioxidantes y minerales que tienen las plantas y carnes son realmente superior a las agregadas de manera artificial. Mientras más alimentados procesados ingieras, menos beneficios de los nutrientes recibirás.
Por cierto, ¿sabías que una dieta baja en nutrientes es el mayor factor de riesgo de muerte en todo el mundo, según un estudio?
Comemos mucho más
Los productores y comerciantes de alimentos tienen por lo general como meta que sus comidas se vendan más y se mantengan en buen estado por periodos largos.
Adicionalmente, desean que sus productos tengan un gran sabor y se puedan comer y digerir rápidamente, por lo que suprimen el contenido de fibra, responsable de la sensación de saciedad.
El resultado: comerás estos alimentos procesados y para llegar a sentirte lleno necesitarás hasta triplicar tu ingesta, lo que implica muchas calorías y ganancia de peso corporal.
Demasiadas grasas
Para sus productos los fabricantes utilizan semillas finas y aceites vegetales que son sometidos a un proceso de hidrogenado que los transforma en grasas trans, sustancias altamente dañinas para el cuerpo humano.
Estos aceites resultan sumamente baratos para los productores. Además, le ayudan a mantener estables los alimentos procesados. Pero para el organismo son perjudiciales, porque elevan la oxidación e inflamación del cuerpo debido a su cantidad excesiva de ácidos grasos.
El balance correcto
Evita lo máximo posible comer alimentos procesados, procura en todo caso ingerir los que menos transformación han sufrido, por ejemplo las nueces peladas, verduras empacadas o atún en lata.
Es recomendable que te inclines más por mantener una dieta balanceada en la que predominen los alimentos naturales, pues ofrecen los nutrientes que tu organismo necesita y asegurará tu bienestar integral.







